Seguro de Vida
19 may 2025
La fragilidad de trabajar por cuenta propia
Trabajar como autónomo tiene muchas ventajas: libertad, flexibilidad, crecimiento personal. Pero también tiene una gran desventaja que se siente fuerte cuando algo sale mal: no hay red de contención.
Una enfermedad, un accidente, una hospitalización inesperada o una baja médica puede detener toda tu actividad de un día para otro. Y con ello, tus ingresos. El sistema público ofrece ayudas, sí, pero suelen ser insuficientes y llegar tarde.
¿Qué pasa si no podés trabajar?
Cuando un autónomo enferma o sufre un accidente, no solo tiene que afrontar sus gastos personales: también los del negocio. Alquiler, herramientas, proveedores, impuestos… nada se detiene porque vos no podés trabajar.
La baja laboral es una de las principales causas de estrés económico entre profesionales independientes. Y lo más paradójico es que muchas veces se podría evitar o mitigar con algo muy sencillo: un buen seguro.
¿Qué cubre un seguro de baja laboral?
Un seguro para autónomos puede ofrecerte:
Un ingreso diario por cada día de baja.
Cobertura por hospitalización o intervenciones quirúrgicas.
Asistencia médica y psicológica.
Opcionalmente, asesoría legal o fiscal.
Estos seguros permiten mantener un ingreso aunque estés temporalmente inactivo, lo cual es clave para tu tranquilidad y la continuidad de tu actividad.
Historias que lo muestran
Pedro es diseñador gráfico. Un accidente en bici le fracturó la muñeca y no pudo trabajar durante 45 días. Gracias a su seguro de incapacidad temporal, cobró 60 € diarios. Eso le permitió pagar el alquiler, la cuota del monotributo y no endeudarse.
Laura es profesora de yoga. Una gripe fuerte la dejó en cama una semana. No tenía seguro. Perdió 8 clases particulares y tres talleres. Ese mes fue el peor del año en su cuenta bancaria.
¿Y la Seguridad Social?
Como autónomo, tenés derecho a una prestación pública por incapacidad temporal, pero:
El importe suele ser bajo, entre 60 y 70 % de la base de cotización.
Hay que esperar varios días para cobrar.
Puede haber trámites complejos o retrasos.
Un seguro privado puede complementar esa prestación, o actuar como única fuente de ingresos si no tenés derecho al subsidio.
¿Qué tener en cuenta al contratarlo?
Comprobá si exige carencias (tiempo mínimo antes de usarlo).
Elegí una cuantía diaria coherente con tus gastos.
Verificá qué enfermedades o lesiones están excluidas.
Consultá si incluye cobertura en vacaciones o fuera del país.
Buscá asesoramiento para no pagar de más ni contratar de menos.
¿Y si sos freelance digital o nómada?
Muchos freelancers que trabajan desde cualquier lugar creen que no necesitan protección. Pero una simple apendicitis en otro país, o una operación menor, puede dejarte sin facturar durante semanas.
Tener un respaldo económico que acompañe esos días es tan importante como una buena conexión WiFi.
Conclusión
Ser autónomo es vivir con valentía. Pero eso no significa vivir sin protección. Una baja puede pasarle a cualquiera, pero no todos reaccionan igual. Los que están cubiertos siguen adelante. Los que no, se frenan.
Porque no se trata solo de cuidar tu salud. Se trata de cuidar tu sustento.
¿Querés cotizar un seguro que te cubra si no podés trabajar?
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